Shanghai ha presentado una normativa para promover la transformación ecológica de la ciudad, la primera medida legislativa de este tipo en China. Entró en vigor el 1 de enero.

La normativa se centra en regular la transformación ecológica de ámbitos como el desarrollo energético, la estructura industrial y el estilo de vida y consumo.

En los últimos años, Shanghai ha logrado un gran crecimiento económico con un bajo consumo de energía y emisiones. Desde 2010, la ciudad ha logrado un crecimiento económico medio anual del 6,7% con un aumento anual del consumo energético del 1,2%. Las emisiones de carbono acumuladas por unidad de PIB han disminuido más de un 50%.

Mientras tanto, Shanghai ha puesto en marcha normativas como el "Reglamento de Conservación de Energía de Shanghai" y el "Reglamento de Gestión de Residuos Domésticos de Shanghai", acumulando una serie de experiencias y prácticas en materia de conservación de energía, reducción de emisiones y economía circular.

Como megaciudad con una población de más de 24 millones de habitantes, Shanghai se enfrenta a grandes retos para acomodar su economía, industria y población masivas dentro de un espacio, unos recursos y una capacidad medioambiental limitados.

Cui Kai, subdirector de la Comisión de Asuntos Legislativos del Comité Permanente de la Asamblea Popular Municipal de Shanghai, afirmó que la ciudad necesita acelerar su transición hacia un modelo ecológico de bajas emisiones de carbono que haga hincapié en la conservación de los recursos, el respeto al medio ambiente y el equilibrio ecológico.

Por ello, es imperativo promulgar una legislación local integral que facilite la optimización de la estructura energética de la ciudad, mejorar su estructura industrial y transformar los estilos de vida de la población, afirmó Cui.

La normativa establece que Shanghai implantará un sistema de gestión de doble control para el consumo energético y el uso del suelo y el agua, pasando gradualmente del control del consumo energético al control de las emisiones de carbono.

Al mismo tiempo, Shanghai exigirá a las organizaciones clave que lleven a cabo actividades de ahorro energético y reducción de emisiones de acuerdo con la ley, apoyando a las empresas y otras entidades en la adopción de prácticas medioambientales, sociales y de gobernanza sostenibles.

El reglamento también hace hincapié en el compromiso de Shanghai de proporcionar apoyo financiero para la transformación ecológica, el desarrollo industrial y los servicios financieros relacionados con la innovación tecnológica, al tiempo que apoya a las instituciones financieras en el desarrollo de productos y servicios como créditos, bonos, seguros y arrendamientos financieros ecológicos.